La Jornada Michoacan
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Esta enorme temperatura hace que la corona se expanda continuamente hacia el medio
interplanetario, produciendo un flujo continuo de partículas conocido como viento solar.
Las tormentas solares siguen ciclos de aproximadamente once años. Durante el máximo
de actividad se pueden presentar tres o cuatro tormentas solares en un día, mientras que
la frecuencia mínima produce una tormenta cada cuatro días. Estas tormentas expulsan
material con velocidades que pueden rebasar 2 mil kilómetros por segundo y llegar a la
tierra en 24 horas.
Cuando el material expulsado por la tormenta solar impacta nuestro planeta, se
producen fenómenos naturales como las auroras boreales, pero tienen también un efecto
directo en las tecnologías, ya que además de los efectos en las telecomunicaciones,
incluso pueden alterar la órbita de los satélites.
El investigador universitario Américo González, responsable del proyecto, explica que la
antena del radiotelescopio en realidad está conformada por 4 mil 26 pequeñas antenas
en forma de T, conocidas como antelas bipolos, y el conjunto suma la señal captada por
cada una de ellas, que posteriormente es enviada a amplificadores colocados bajo
tierra, y de allí se transmite al cuarto de control para su proceso cibernético, además de
que los datos son retransmitidos al Instituto de Geofísica, ubicado en el campus
principal de la UNAM en la ciudad de México.
El estudio de las perturbaciones, añade el investigador, ha adquirido una importancia
relevante, e incluso se ha acuñado el término "clima espacial" para designar el estado de
perturbación del sol, el medio interplanetario y el entorno de la Tierra. La predicción
del clima espacial, con suficiente antelación como para permitir tomar medidas que
reduzcan los daños producidos por las tormentas solares, se ha vuelto una prioridad para
los grupos de investigación espacial en todo el mundo.
Este telescopio, levantado mediante un esfuerzo financiero y humano particular de la
UNAM, el gobierno del estado de Michoacán y el municipio de Coeneo, así como de su
comunidad, constituirá una herramienta fundamental aportada por México a nivel
mundial en 2007, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebre el Año
Internacional Heliofísico, que permitirá entonces combinar esfuerzos de todos los países
del orbe para estudiar al sol y los efectos de su actividad en nuestro planeta.